Apreciación artística
La
apreciación artística se concibe como un proceso en el que están implicados una
obra única y original con ciertos atributos y diferentes tipos de espectadores
en busca de valoraciones, experiencias significativas y sentidos.
Una
perspectiva más profunda del fenómeno de la apreciación del arte, nos lleva a
considerar que tanto la obra artística como los espectadores o público, están
inmersos en una cultura que condiciona los modos de expresión y apreciación de
las artes.
Integran
el conjunto de los elementos de
apreciación artística, un espectador motivado
a una apropiación simbólica de la obra. Y por supuesto, la obra: Una forma de
expresión determinada en principio por ciertas reglas o
convenciones al servicio de una intención comunicativa y/o expresiva que
el espectador va a construir a
partir de sus conocimientos y
sensibilidad.
Un
espectador tendrá que atribuir a una obra artística tema y contenidos
expresados con originalidad e imaginación (sustancia). Por su parte, la
obra, estructurada como expresión a partir de ciertos principios que ordenan
sus signos en tiempo y espacio (forma), evidencia el toque personal del
artista (técnica) que le dan un distintivo particular. Utilizamos aquí
el término técnica no sólo para referirnos a la maestría en el manejo de los
materiales, sino a la integración de forma y sustancia en una creación
original.
La sustancia es el tema que el artista trata de comunicar;
su concepción o su sueño, los aspectos de la vida que desea subrayar o
expresar, las emociones, sentimientos, estados de ánimo o ideas que quisiera
compartir con su público. El valor artístico de esta sustancia se mide por su
originalidad, su verdad, su cualidad imaginativa y su sinceridad.
La forma se utiliza para proyectar o transmitir estos
sentimientos o ideas. Sólo mediante una forma determinada se podrá proyectar la
sustancia. Ésta puede ser un poema, un cuento, una danza, un drama u obra
teatral, o cualquier tipo de expresión artística.
La
forma constituye el producto tangible del artista. La forma incluye
determinadas reglas, fórmulas, pautas, convenciones o esquemas, cualquiera que
sea el término que seleccionemos, la historia ha demostrado muchas veces que
las convenciones de una forma cambian y que las reglas o principios no deben
limitar el arte: aunque cada arte constantemente crea reglas.
La técnica es el tercer elemento, que consiste en ajustar o combinar la
sustancia y la forma. Constituye el método personal del artista para lograr su
fin e implica la selección y el arreglo de sus materiales para conseguir un
efecto determinado. La técnica es además el elemento que distingue la obra de
un artista de otro; a menudo se le llama su estilo o cualidad personal, porque
se trata, en esencia, del auto proyección del artista. Por ejemplo, el cine, el
teatro y la televisión, son muy semejantes en cuanto a su sustancia y su forma,
pero varían muchísimo en su técnica.
Experiencia de la apreciación artística
Analizar, interpretar y valorar son
las tres operaciones básicas a realizar, si se quiere tener una experiencia con
el arte que no se quede en lo trivial.
Para analizar, es importante observar, escuchar o
dado el caso, interactuar con la obra. Al mismo tiempo, es importante hacer
una descripción de los elementos constitutivos de
la obra, desde los más sencillos a los más complejos: sonidos, colores, formas,
escenas, etc.
Al interpretar, se deben considerar
las características expresivas de los elementos que
conforman una obra artística en función del tema y sus
contenidos.
Valorar una obra conlleva a emitir un juicio,
luego de situarla dentro de una genealogía, un periodo histórico, una
tendencia, su género y estilo. La valoración tiene por finalidad descubrir el
grado de originalidad de una obra. El espectador además cuenta con otras opciones para apropiarse
de una obra:
• Identificar y disfrutar la
estética de sus elementos configurativos bajo los principios de armonía,
contraste, espacio, composición, y ritmo.
• Percibir
los posibles efectos que una obra produce en su
sensibilidad, transformando su gusto, su manera de percibir
la realidad, de pensar el arte, por citar algunos ejemplos.
• Asociar
la obra artística a cualquier tipo de conocimientos, experiencias, vivencias,
recuerdos, y a otras obras o expresiones en otros medios, no necesariamente
artísticas. En otras palabras, vinculando a la obra con una historia
íntima, personal, con otra objetiva de referencias entre obras artísticas
(artes plásticas, danza, teatro, música), y de obras artísticas con otras
manifestaciones estéticas (artesanías y diseños).
• El goce de
una obra artística, puede provenir de circunstancias y detalles
inesperados, sorpresivos, fuera de todo cálculo o estrategia para abordar
la obra. Detalles de su realización técnica, de su producción, cambios notables
entre una reproducción y la obra original, son sólo algunos ejemplos de las
gratas sorpresas que guarda el arte a quien está dispuesto a dedicarle tiempo
y atención.
• Otra
manera de intensificar el disfrute de la obra artística, consiste
en formular hipótesis de sentidos, significados y efectos posibles de la obra,
y compartirlas con otras personas, explicándolas y analizándolas.
Buscando diferencias y consensos para validar nuestro juicio estético.
Comentarios
Publicar un comentario